Nadar en la piscina: proteger tus ojos del cloro

El cloro de las piscinas puede irritar los ojos, provocando enrojecimiento, picazón y sequedad. Para proteger sus ojos, se recomienda usar gafas de natación especiales que eviten el contacto con agua clorada. Después de nadar, es importante enjuagarse los ojos con agua limpia y utilizar gotas humectantes para aliviar la irritación. Los exámenes periódicos con un oftalmólogo ayudarán a garantizar que la natación no dañe la salud ocular y ayudarán a identificar posibles problemas de manera oportuna.

La fotosensibilidad, o fotosensibilidad, puede ser causada por una variedad de razones, que incluyen migrañas, infecciones oculares, inflamación y el uso de ciertos medicamentos. Los síntomas incluyen malestar o dolor ante la luz brillante, ojos llorosos y deseo de cerrar los ojos. Para aliviar la afección, se recomienda usar gafas de sol, evitar luces brillantes y utilizar pantallas protectoras especiales para computadoras y teléfonos. La consulta con un oftalmólogo ayudará a determinar la causa de la fotosensibilidad y prescribir el tratamiento adecuado.